Capítulo 1
Capítulo 1
Capítulo 1
Amelia Soto siguió las indicaciones de la secretaria hasta encontrar la oficina de Donan Ferrer.
Habían pasado dos años desde que se casaron, pero era la primera vez que visitaba la empresa de su
esposo
“El señor Ferrer todavía está en una reunión, por favor tome asiento y espere un momento.”
La secretaria fue muy amable e incluso le sirvió un té caliente.
“Gracias Amelia lo recibió con cortesia y se sentó en el solà del recibidor, echando un vistazo al
espacio, limpio y bien iluminado, decorado con sencillez y un toque de lujo discreto en tonos grises y
blancos, justo como a Dorian le gustaba.
La secretaria también la observaba de reojo Amelia se veia joven, su cabello ondulado cala
suavemente sobre sus hombros y su flequillo dividido a los lados enmarcaba de forma natural su
rostro, dándole un aire de niña inocente y dulce, además no hablaba mucho
Ella todavia estaba procesando que era la esposa de Dorian.
O, mejor dicho, le chocaba que Dorian, un hombre tan frio y distante, que mantenía a todo el mundo a
raya, estaba casado.
No podia imaginarse a Dorian siendo tierno con una mujer.
Los ruidos de la gente en el exterior la sacaron de sus pensamientos
“Debe ser que la reunion termino. La secretaria se apresuró a decir “Espérese aquí un momento, voy a
ver que pasa
Amelia instintivamente dirigió su mirada hacia la puerta
Una figura alta aparecio en la entrada, inclinando ligeramente la cabeza, discutiendo algo con alguien
a su lado. Su perfil marcado y anguloso, se destacaba entre las luces y sombras del lugar, su
expresión era seria y concentrada, viendo a la persona a su lado.
Cuando vio la cara sonriente y radiante de la chica, Amelia se quedó paralizada por un instante y se
levanto sin darse cuenta.
Justo en ese momento, su esposo levantó la mirada y la vio frente al sofa, deteniéndose por un
momento antes de fruncir el ceño.
¿Qué haces aquí?”
La chica que estaba discutiendo el proyecto con él también alzó la vista y al ver a Amelia, quedo
sorprendida Amelia le sonrio amablemente y luego se dirigió a Dorian, pasándole el portafolios que
tenia en la mano. “Tu…” Iba a decir tu madre, pero cambió de idea y dijo. Mi suegra me pidió que te
trajera esto
La mamá de Dorian no soportaba verla “sin hacer nada en casa y como Amelia tampoco queria estar
alli con su suegra, aprovechó para traerle el documento.
Dorian lo tomó de sus manos: “¿Ya comiste?”
Ella respondió: “Todavia no.”
Él cerró el p
a almorzar.
portafolios y se giró hacia los demás que lo seguian “Continuaremos la reunión por la tarde, vayan
La chica a su lado abrió la boca como si quisiera decir algo, pero al final se contuvo bajo la mirada y
dientenente dijo “si”, después volteo hacia el resto que miraban curiosos a Amelia y se fueron juntos
Dorian Sevó a Amelia al restaurante de la empresa.
Mientras esperaban que sirvieran la comida, él seguía ocupado, sin apartar la vista del ordenador, sus
dedos tecleando rápidamente, con su habitual seriedad y concentración
Amelia, apoyando su mejilla con una mano, lo miraba en silencio.
Él era muy guapo, con rasgos bien definidos y una mirada seria, su nariz alta se perfilaba con
autoridad y una frialdad imponente mientras inclinaba ligeramente la cabeza
Siempre tenia esa expresión imperturbable y distante, incluso en los momentos más intimos entre
ellos.
Amelia habia estado enamorada de el en secreto durante ocho años, desde los dieciséis hasta los
veinticuatro, pero ahora, ya no lo queria
En su bolso, colocado sobre su regazo, llevaba el borrador del acuerdo de divorcio que habia
preparado.
Sin embargo, dudaba con la mano sobre el papel.
Estrictamente hablando, Dorian no había hecho nada malo. Simplemente, no la amaba.
No se habían casado por amor, asi que quizás no amarla no era realmente un error.
“¿Qué miras?” La voz grave de Dorian interrumpió sus pensamientos.
Ella dirigió la vista hacia el.
No había levantado la cabeza, seguía concentrado en la pantalla de su ordenador.
Amelia siempre penso que ver a Dorian trabajar era un placer para la vista.
“Eh? Al no obtener respuesta, él finalmente alzó la mirada, posando sus ojos en su rostro.
Ella le sonrio: “Nada.
Luego, como si fuera una conversación casual, preguntó: “¿Desde cuándo trabaja Carolina en tu
empresa?”
Carolina era la chica que estaba a su lado al finalizar la reunión. Amelia habia compartido clase con
ellos durante un año como una estudiante de intercambio, mientras que Dorian y Carolina fueron
compañeros de clase durante toda secundaria, ambos eran los más guapos y populares de la clase,
además de ser los cerebritos Siempre estaban involucrados en todos los eventos del colegio y corría
el rumor de que habia algo entre ellos, pero nunca se supo por qué no terminaron juntos. Al final,
resultó que Amelia, que no llamaba tanto la atencion, se llevó la mejor parte.
No es que ella tuviera un mal desempeño como estudiante; también había asistido a escuelas de
prestigio y a la universidad, pero cuando llegó, Dorian y Carolina ya brillaban con luz propia y para
cuando ella empezó a destacar, ya estaban por graduarse y cada quien se fue por su lado.
“Fue a principios de año”, dijo Dorian, volviendo su atención a la computadora. “No me acuerdo bien,
entro por una entrevista con recursos humanos”.
Ella asintió, pero no siguió preguntando.
La comida llegó rápido y después cayeron en un largo y silencioso tiempo de almuerzo.
Esa era la norma en sus dos años de casados, para ellos, que preferian la tranquilidad, no habia
problema, pero sentía que faltaba algo.
Amelia dirigió su mirada a la pareja de la mesa de al lado, que se estaban alimentando mutuamente y
jugueteando.
Sentía envidia
Esa era una cercania que Dorian y ella nunca tendrian.
Pars ese hombre, solo existian el trabajo y la eficiencia.
Su vida era como un retaj bien engranado, preciso y frio.
Calesitaba lo que debía hacerse a cada momento y la que no, en un segundo y sin fallas.
Ese tipo de hombre simplemente no estaba hecho para el matrimonio.
Ella tampoco
Pasa algo? Notando que ella estaba distraída, Dorian levantó la mirada.
Amelia trunció ligeramente los labios y, al encontrarse con sus oscuros ojos, sonrió y asintió: “Si, hay novelbin
algo.”
“Ding Un correo entro en la computadora de Dorian y su atención volvió a la pantalla.
Ella sonrio. ¿Por qué no sigues? Hablamos después”
“Está bien
Cuando su esposo terminó, ya había pasado una hora.
Que planes tienes para mas tarde?”, pregunto mientras guardaba la computadora.
Amelia se sorprendio un momento antes de darse cuenta de que le estaba preguntando a ella.
“Quiero ir a la libreria y despues volver a casa”, dijo.
Dorian asintio. “Le dire a Yael que te lleve, pero no te quedes hasta muy tarde”.
Yael era el asistente de Dorian y Amelia lo había visto algunas veces.
Ella asintio. De acuerdo”
El almuerzo termino sin sabor ni emoción.
Luego de eso, fue a la librería y no volvió hasta casi las cinco
Su suegra, Cintia Ferrer, todavia estaba en casa, jugando con el gato. Al ver a Amelia, dijo: “Mira tú, te
atienden. en todo, tienes para comer, beber e ir de compras, pero no sabes ganar dinero. Eso si, para
gastar si lo haces bien y sin consideracion Además, ni para tener hijos sirves, no eres una princesa,
pero te comportas como una, ¿para que te queremos, eh?”
Su voz sonaba culta y agradable, incluso con un tono bromista.
Amelia pretendio no entender y se despidio antes de volver a su habitación. Pronto escuchó el sonido
de objetos chocando y el enfado de Cintia.
Podía imaginarse lo furiosa que estaría su suegra; cada vez extrañaba más la libertad que tenia antes
de casarse. Ser independiente, no esperar nada de otros, no tener que ser hipocrita ni aguantar a
nadie.
Su suegra nunca la había aceptado realmente y Amelia lo sabía.
También entendía por qué la despreciaba, después de todo, venian de mundos diferentes. Dorian y
ella eran como el cielo y la tierra.
Todo habia sido un error.
Cuando se casaron, Amelia no sabia de la destacada posición social de Dorian. Pensaba que él, como
ella, era solo un trabajador común luchando por la vida.
Si hubiera sabido antes de las diferencias entre ellos, nunca habria aceptado casarse con él, ya que
solo se habian casado por tener un bebé y no había amor de por medio.
Al principio, Amelia aún tenía ilusiones sobre el futuro y podía tolerar las indirectas de Cintia cuando
Dorian no estaba presente.
Pero ahora que tenía otros planes para el futuro, la actitud de su suegra le daba igual
Citie, frustrada por la falta de respuesta y atención de Amelia, finalmente se fue de la casa después de
un portazo
Capitulo 1
Ella no tenía ganas de cocinar, así que pidió algo rápido para comer.
Dorian tenia que trabajar hasta tarde y ya le habia enviado un mensaje.
La empresa todavía estaba en expansión y tenía mucho trabajo, las horas extras eran la norma,
Amelia ya estaba acostumbrada a ese ritmo de vida.
Eran más de las once de la noche cuando Dorian finalmente regresó a casa y ella todavía estaba
ocupada en
el estudio.
Dorian ya se había acostumbrado a su ajetreo. Primero se dio una ducha, para cuando volvió, Amella
también había terminado de asearse, estaba apoyada en la cabecera de la cama leyendo un libro. Al
verlo acercarse, dejó el libro y apago la lampara de su lado de la cama.
Dorian también se metio en la cama y apago la luz Apenas se acosto, se volteó y en un instante su
gran cuerpo la cubrió por completo Cuando el fresco aroma masculino se acercó, él la besó.
Dorian era tierno en la oscuridad, pero también agresivo.
Dejaba atrás toda su indiferencia diurna y Amelia no podía imaginar cómo un hombre que parecía tan
distante y desapegado podia ser tan apasionado y salvaje en la cama.
El s*xo entre ellos era casi perfectamente armonioso.
Después de un buen rato, cuando los jadeos y gemidos se calmaron en la noche, Dorian se mantuvo
abrazandola en silencio.
Con los cuerpos pegajosos por el sudor, Amelia no lo empujó, solo lo abrazó suavemente y enterró su
cara en su pecho tambien húmedo.
“Dorian, lo llamó suavemente, todavia con la respiración agitada.
“¿Mmm?” Su voz baja, tenida de deseo, era fatalmente s*xy bajo el manto de la noche.
“Deberíamos divorciarnos.”
Hablo en voz baja, notando como el cuerpo que abrazaba se tensaba.
El bajo la mirada hacia ella, sus ojos oscuros y agudos parecian devorados por la oscuridad, tan
calmados que solo quedaba un abismo devorador.
“Dime la razón”, dijo con su habitual calma.
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Porque después del divorcio, ella no tendria que lidiar con su madre y su familia extendida, el tampoco
tendria que lidiar con su familia parasita
Dorian no dijo nada, solo la miro inmóvil, el color negro en sus ojos se hacia más profundo y saturado.
Cuando Amelia pensó que no respondería, él asintió con calma:
“Está bien.”
No hubo explicaciones ni preguntas, solo un “está bien conciso, como cuando aceptó casarse. Ese era
el Dorian que ella conocía
Amelia le sonrió, sintiendo un nudo en la garganta y los ojos húmedos, aunque era lo que queria y
todo terminó tan limpiamente como ella habia esperado, las emociones amargas se enredaron en su
pecho Contuvo las lágrimas, enterró su cabeza en su pecho y lo abrazo fuertemente por última vez,
Dorian no respondió al abrazo, simplemente se quedo en silencio dejándola abrazarlo y ella lo soltó
Suavemente
Capitulo 1
“Voy a lavarme un poco.
Habló suavemente y justo cuando estaba a punto de levantarse de la cama, su brazo fue agarrado y
tirado hacia atrás, su cuerpo fue arrastrado de vuelta a la suave cama La sombra cayo sobre ella y un
beso cargado de tormenta la alcanzó, deteniéndose al sentir el pánico en sus ojos.
Los ojos de Dorian escondian un huracán, oscuros y pesados, pero eventualmente se calmaron en
una quietud insondable
Se volteo y se acostó a su lado
“Duerme”, dijo, cerrando los ojos.
Al día siguiente, cuando Amelia desperto, su esposo ya no estaba. La casa seguía igual, como si el
episodio de la noche anterior solo hubiera sido un sueño, pero Amelia sabía que las cosas habian
cambiado.
Empaco sus cosas rápidamente.
No tenia mucho, asi que fue rápido.
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Dorian estaba en una reunión cuando recibió el mensaje. Se quedó mirándolo perdido por un
momento.
Los demás nunca lo habian visto distraído, especialmente Carolina, que había conocido a Dorian
durante muchos años, nunca había visto esa faceta de él.
“¿Sr. Ferrer? Carolina lo llamó con voz suave, para recordarle que todavia estaban en plena reunión.
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“¿Sr. Ferrer, qué paso?”